miércoles, 11 de noviembre de 2009

1920 - 1930 (Parte 2)


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El hartazgo de las formas rebuscadas hace que en la moda se busque lo sencillo y lo práctico. La pureza de la forma en oposición al pasado, la necesidad de cambio a partir de la masacre de la primera gran guerra, hizo que las mujeres se dieran cuenta de que había que vivir el presente, pues el futuro podía ser incierto. Con la segunda guerra mundial y la aparición de la bomba atómica se acentuaría este sentido de “vivir al día”.

En otro orden de ideas, es importante decir que las casas de diseño, como “Doucet”, “Doeuillet and Drécoll, que crearon la gloria de la “Belle Epoque”, al no poder responder a las nuevas demandas de la sociedad, o tal vez por oposición al cambio, cerraron sus puertas dando paso a nuevos diseñadores como Madame Schiaparelli, Coco Channel, Madame Paquin, Madeleine Vione, entre otros. Los diseñadores estaban muy cerca de la revolución intelectual; las vanguardias artísticas de principios de siglo marcaron un dinamismo excepcional, las corrientes iban en contra de la academia, es por esto que fueron tan efímeras.

El arte se relacionaba con la vida cotidiana porque se servía de ésta para crear. Los nuevos diseñadores estaban íntimamente ligados con estas corrientes. Schiaparelli, por ejemplo, formaba parte del grupo de los surrealistas y vivía como ellos. Cuentan los cronistas de moda que como era muy fea comía semillas de flores para que la belleza naciera en ella, una actitud muy propia de su época. Fue acusada en repetidas ocasiones de “llevar al apache al Ritz” por incluir en el vestuario de las clases altas diseños de la clase trabajadora. Otra famosa, Coco Channel, se movía en el círculo intelectual, y tenía como íntimos amigos a Dalí, Cocteau, Picasso, y Stravinsky. Las cuestiones intelectuales se inmiscuían en todos los ámbitos y la moda no era la excepción.

La difusión de la moda corrió a cargo de dos importantes medios de comunicación, el correo y la cinematografía. Los nuevos modelos eran impresos en catálogos y mandados a los pueblos más remotos. Multitudes ansiosas esperaban la revista que traía a su casa la metrópoli, como por arte de magia. Podían estar al tanto de la moda y también adquirirla. El otro medio, mucho más espectacular, fue el cine, donde las grandes personalidades eran los modelos, lo que constituyó una excelente estrategia publicitaria, ya que el público se identificaba con los actores y por lo tanto trataba de imitarlos. Tal era el caso de la popular Greta Garbo que marcó toda una época en el cine.

Las mujeres mexicanas de principios de la segunda década del siglo XX se distinguían por su apego a las tradiciones y a las reglas impuestas por sus mayores; sin embargo, no pudieron mantenerse al margen de los cambios sociales y culturales que trajo consigo el movimiento revolucionario. La vida rural se transformaba en urbana y los primeros comunistas hicieron su aparición en el escenario nacional. Las mujeres, sobre todo las más informadas y las de más recursos económicos, sucumbieron al encanto de la nueva moda, que para ellas era sinónimo de libertad.Frida Kahlo, Tina Modotti y Antonieta Rivas Mercado encabezan la lista de las muchas mujeres jóvenes que, en sus diversas actividades, emprendieron luchas sin cuartel contra el convencionalismo. En lo que respecta a la moda, Kahlo se hizo eco de los muralistas, empeñados en rescatar lo auténticamente mexicano; a partir de la popularidad de la artista, muchas mujeres empezaron a vestir trajes tradicionales, a peinarse con trenzas ylistones de colores y a adquirir joyería de plata con motivos mexicanos.

En cuanto a Antonieta Rivas Mercado, perteneciente a una clase acomodada y cosmopolita, desde muy niña manifestó tener un espíritu rebelde contrario a los prejuicios. A los 10 años, en 1910, se hizo cortar el pelo al estilo Juana de Arco y en los '20 adoptó la moda Chanel como quien toma el hábito que corresponde a una convicción interior. Esta moda de elegancia sobria le calzaba de forma admirable, de comodidad estudiada e inadvertida, que siempre había buscado. Ella, que no era mujer de formas acentuadas, llevaba a la perfección esos vestidos rectos que olvidaban los senos y las caderas, y liberaban al cuerpo con las telas jersey que caían sin escándalo en una silueta nítida.

El negro se volvió asimismo su color favorito. También en esa época se impuso el pelo a la garçonne, de preferencia negro y engominado a la Valentino” (Tomado de Antonieta, de Fabienne Bradu)

La moda de los años veinte, no obstante su aparente superficialidad, es símbolo de rebeldía. Estar a la moda se consideraba importante, pues era una actitud femenina frente a la sociedad. El siglo XX se caracterizo por lo dinámico de las rupturas y los años veintes fueron el inicio del cambio.

Destacan: ELSA SCHIAPARELLI, PAQUIN, MADELAINE VIONNET, COCO CHANEL.

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